Los días 29, 30 de abril y el 01 de mayo se llevó a cabo en la ciudad de Cali el Encuentro sobre “El papel de la iglesia en la construcción de paz con justicia social y ambiental”que convocó a Obispos, religiosas, religiosos, laicos, laicas, líderes de la sociedad civil, institucionalidad, y delegados de experiencias de paz de países como México y El Salvador, junto a Agencias de Cooperación Internacional.
Este escenario permitió compartir experiencias de diversos territorios del país, identificando la labor de las comunidades eclesiales en la construcción de Paz, sus aciertos y desaciertos, la manera como se está vivenciando la implementación de los Acuerdos de Paz, y el papel que va a jugar la iglesia en éste momento histórico en Colombia.
Participaron delegadas y delegados de diversas regiones del país, personas que vienen acompañando diariamente a las comunidades de sectores que históricamente han padecido la violencia social y armada en el país, como lo son los municipios de Tumaco, Guapi, Quibdó, el Catatumbo, San Vicente del Caguan, Palmira, Cali entre otros. Este espacio propició el intercambio de saberes, permitiendo identificar aprendizajes para la labor de la iglesia y tener un panorama actual por regiones construido en conjunto.
Entre las reflexiones que se compartieron hubo una que resonó de manera especial, “La iglesia No es un fin en sí misma, es un medio de Cristo resucitado con opción por las comunidades vulnerables” y la frase del papa Pablo VI “ El nuevo nombre de la Paz es el desarrollo Humano Integral”, esto, invitando a retomar propuestas con un enfoque latinoamericano sustentado en la doctrina social de la iglesia.
“Este encuentro nos permitió hacer una lectura de lo que está pasando en nuestros territorios en éste momento”, comenta Dora Vargas laica del municipio de Nariño, analizando lo que pasa por ejemplo en el municipio de Tumaco, donde encontramos un contexto en el que se mueven cultivos de coca, monocultivos de palma, el tráfico ilegal, la reestructuración de grupos armados ilegales, todo ello en contrapunteo con la presencia de gran cantidad de agencias de cooperación y la propuesta del gobierno de ampliar el pie de fuerza. Ante este tipo de problemáticas una pregunta que se mantuvo de manera constante en las mesas de trabajo fue ¿estamos acompañando a las comunidades de forma adecuada?
Fueron varios paneles con diferentes enfoques los que brindaron herramientas muy valiosas para que las y los participantes pudiesen luego aportar y concertar unas propuestas encaminadas en el rescate y la valoración étnico cultural, acompañar las defensas territoriales, fortalecer las comunidades eclesiales de base, promover la formación de agentes de pastoral con un enfoque social y popular en las comunidades, propender por la dinámica de procesos que conlleven a la sostenibilidad económica y cultura, valorar el papel de las mujeres y del sector juvenil de la sociedad civil.
Se concluye que es fundamental construir planes de pastoral que le apuesten a la paz, al trabajo en red, realizar análisis de contextos que nos iluminen el quehacer, buscar alianzas en favor de la paz, trabajar por recuperar y mantener la memoria de las comunidades.
Las y los participantes se fueron cargados de esperanza y con la tarea de seguir promoviendo en sus territorios una iglesia en salida, que asume y promueve la cultura de Paz y los retos que se van generando como agentes de transformación social con alma misionera y al servicio comunitario
Declaración final de paz y esperanza
Valoramos los significativos avances del proceso de Paz que vive Colombia, manifestados en la reducción de pérdida de vidas humanas, de secuestros, minas antipersonales y el retorno de la tranquilidad a muchos territorios, entre otros signos.
1. Constatamos que hay situaciones difíciles en este momento, por eso hacemos un llamado para que se hagan de manera urgente los ajustes necesarios que se requieren para que la implementación del Acuerdo de Paz sea efectiva y coherente, de modo que no se ponga en duda el camino andado.
2. Valoramos la Mesa de diálogo de Paz con el ELN y esperamos que continúe en búsqueda de un acuerdo que nos permite avanzar hacia una Paz completa.
3. Llamamos a toda la sociedad a mantener la serenidad en estos tiempos de transición política para que se pueda tomar decisiones que permitan fortalecer al pueblo colombiano como verdadero protagonista de su convivencia y construcción de Paz.
4. Mantenemos viva la esperanza y reafirmamos el compromiso de estar al servicio de impulsar diálogos pastorales e iniciativas de Paz que contribuyan a lograr que la sociedad asuma la Paz como el bien común más preciado y Donde Dios. (firmado en Cali el 01 de mayo de 2018).
Por: Luz Emilse Romero Alvarez
Fotos: Jesús Florez