El 12 de febrero se conmemora el Día de la Mano Roja, una iniciativa mundial contra el uso de los niños y niñas como soldados. Sus orígenes se remontan a Alemania en 1997, donde surgió a manera de protesta ante el reclutamiento de niños y niñas en el conflicto armado de Ruanda. A raíz de ello, desde el 2002 entró en vigencia en el Protocolo Facultativo de la ONU condenando el uso de menores de 18 años en cualquier conflicto armado.

En Colombia, el Congreso de la República por medio de la Ley 833 aprobó el protocolo y se comprometió a adoptar estas medidas para evitar que las personas menores de 18 años participen en el conflicto armado.

A pesar de esto, ejércitos oficiales e ilegales actualmente reclutan niños y niñas en sus filas, obligándolos a realizar tareas pesadas y peligrosas y vulnerando sus derechos fundamentales como vivienda, salud, educación, recreación, etc., ocasionando en ellos y ellas traumas trascendentales en sus vidas.

Sus condiciones de vida están permanentemente permeadas por la violencia, la esclavitud y en el caso de las niñas el abuso sexual -se estima que la tercera parte de los menores de edad vinculados a conflictos armados son niñas obligadas a ser compañeras sexuales de los comandantes-.

Esta iniciativa convoca a adultos, niños, niñas y jóvenes de todo el mundo a plasmar manos rojas con el propósito de manifestar su rechazo al reclutamiento y uso de niños en las guerras y conflictos armados.

Por: Padre Arturo Arrieta A.
Director Pastoral Social




Sobran quienes tienen pluma pagada y su palabra vendida

En este día de los periodistas queremos desde nuestra vicaría de la cual hace parte LA DELEGACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN felicitar al Padre Johan Alexis por su trabajo que junto a un grupo de laicos viene desarrollando en la diócesis en torno al tema de los medios de comunicación, al igual que a FIPU (federación internacional de prensa de los pueblos) grandes aliados del trabajo de la pastoral social de la Diócesis de Palmira, a todos los periodistas de la Q DIGITAL y los demás amigos periodistas de Palmira y Colombia,  especialmente aquellos que defienden los valores de un periodismo ético y al servicio de la verdad. 

Del ser periodista debe derivar el afán por buscar y transmitir la verdad, y hacerlo de cara a lo que lo impide, esto es, las ideologizaciones, el encubrimiento, la difamación debe ser un objetivo principal en este momento de nuestra querida patria.

No podemos hablar simplemente del poder de los medios, sino de la autoridad (confianza y credibilidad) que éstos puedan tener cuando se constituyen en instrumentos al servicio del cambio social (de la exclusión la inclusión), al servicio del pueblo (dando voz al silenciado o al que ha sido sometido al anonimato), al servicio de la verdad (honradez con la realidad). Aquí la comunicación implica no sólo llegar al otro, sino llegar con lo mejor para el otro.

Todo periodista debe ser un comunicador excepcional y ejemplar porque con él la realidad de las mayorías debe tomar la palabra, la conciencia crítica se debe desarrollar, la verdad tomar concreción histórica, y los clamores y esperanzas de los pobres hacerse reales en el imaginario colectivo.  Estos rasgos constituyen lo que podríamos llamar un perfil de comunicador, de un periodista (comunicación que humaniza). Un periodista para nuestros tiempos significa servir a la realidad y los intereses de las mayorías pobres, porque esos son los intereses verdaderos y objetivos de la realidad. Y este servicio se hace en un lugar y tiempo, donde predomina la mentira, el encubrimiento, la represión y la muerte.

¿Cuándo se revela el carácter de un comunicador? En los momentos en que la verdad aparece oprimida y la honradez con la realidad no parece ser un comportamiento habitual. ¿Cómo surge? Con una modalidad inusitada: siendo voz de los que tienen oprimida su voz. La deshumanización de los llamados “grandes medios de comunicación”, tienen expresiones y consecuencias concretas que afectan negativamente a la gente, a los periodistas y a los mismos medios. En esta línea quiero señalar los siguientes rasgos: en un país donde los medios son manipulados por quienes ostentan el poder y cuentan con todos los medios de comunicación, la justicia es nuestra fuerza, la verdad es lo que hace grande la pequeñez de los medios alternativos. Por eso se les teme; sin duda su gran incidencia en la conciencia colectiva, y la capacidad para contrarrestar el bloque hegemónico de la comunicación en la sociedad colombiana, no derivaba de su tecnología (que es modesta y limitada), ni de un irrestricto respeto a la libertad de expresión (que es constantemente amenazado por la cruel represión y persecución política), ni es el producto de una compleja organización comunicacional (que en muchas circunstancias resulta difícil), sino de su fuerza profética (valentía para buscar y comunicar verdad) y de su fuerza ética (honradez consigo mismo y con la realidad).   

No es mi objetivo en este escrito hablar propiamente de un modelo de comunicación, pero sí inferir algunos criterios básicos para hablar de una comunicación humanizadora. El Papa Francisco considera a los medios de comunicación social y a los periodistas como “instrumentos al servicio del pueblo para la transformación de la sociedad”.

Desde esta perspectiva, ya no podemos hablar simplemente del poder de los medios, sino de la autoridad (confianza y credibilidad) que éstos puedan tener cuando se constituyen en instrumentos al servicio del cambio social (de la exclusión la inclusión), al servicio del pueblo (dando voz al silenciado o al que ha sido sometido al anonimato), al servicio de la verdad (honradez con la realidad). Aquí la comunicación implica no sólo llegar al otro, sino llegar con lo mejor para el otro. Siendo así presento dichos criterios básicos para hablar de una comunicación humanizadora:

-La puesta en práctica de una ética de la recepción que valora a la audiencia no como simple receptor, cliente o usuario, sino como personas concretas, sujetos de derechos, de responsabilidades, de necesidades, de posibilidades, de discernimiento crítico (que la gente haga sentir su voz).

-El compromiso de fomentar conciencia colectiva con criterios éticos y políticos que favorezcan la refundación de la sociedad sobre la base de la verdad y la justicia.

-El fomento de la memoria histórica como antídoto para la fugacidad, la instantaneidad y el olvido, al que tienden la mayoría de las empresas de comunicación.

-El cultivo de un tipo de comunicación al servicio de la participación ciudadana informada.

-El fomento de un tipo de comunicación al servicio de la verdad. Denuncia la mentira, desenmascara el encubrimiento y fustiga la trivialización de la realidad.

-El fomento de un tipo de comunicación que crea comunidad y solidaridad.

 En fin, una comunicación humanizadora al estilo de Jesús por su talante compasivo (se conmovía al ver a las mayorías angustiadas y desvalidas); su actitud crítica frente a los que oprimían al pueblo en la esfera social, política o religiosa; y una actitud solidaria con los excluidos de su tiempo.

!FELIZ DÍA PERIODISTAS! 

Vicaría para la promoción de la Vida, la Reconciliación y la Paz
Por: Padre Arturo Arrieta A.



No se puede construir Paz si los intereses de los partidos políticos, los protagonismos internos, están por encima de algo tan noble como el valor de la vida humana, no se puede construir paz sin la sensatez que se necesita para entender que la muerte de seres humanos no se puede convertir en una bandera política. Tenemos que hacer una reflexión porque cuando la vida humana se instrumentaliza ya es poco lo que nos queda de humanos.

En medio de la situación del asesinato de líderes que no cesa, quiero hacer un llamado a los sectores que se han mantenido al margen de estos acontecimientos, para que actúen a favor de la justicia con los medios que disponen y no sigan pasivos por temor a los sacrificios y a los riesgos personales que implica toda acción audaz y verdaderamente eficaz. De lo contrario, serían también responsables de la injusticia y sus funestas consecuencias.

Cada uno de nosotros tiene que ser un devoto enardecido de la justicia, de los derechos humanos, de la libertad, de la igualdad.

Hermanos, en nombre de Cristo, ayuden a esclarecer la realidad, busquen soluciones, no evadan su vocación de dirigentes. Sepan que lo que han recibido de Dios, no es para esconderlo en la comodidad de unos intereses particulares, de un bienestar partidista. Hoy la patria necesita, sobre todo, la inteligencia de ustedes. A los partidos políticos, a las organizaciones gremiales, cooperativas o populares, el Señor les quiere inspirar la mística de su divina Transfiguración, para transfigurar también, desde la fuerza organizada, no con métodos o místicas ineficaces de violencia, no con la división que hace perder de vista los propósitos del pueblo que clama justicia, sino con verdadera y auténtica liberación.

Urge que las organizaciones populares vayan madurando para que cumplan su misión de llegar a ser intérprete de la voluntad del pueblo. La alta dignidad de nuestro pueblo merece que no se tergiverse su sufrimiento, su opresión.

El clamor que clama justicia era el clamor del pueblo en Egipto y la Biblia dice: "El clamor del pueblo ha llegado hasta mis oídos". Dios escucha cuando el pueblo clama por más justicia, por más caridad, por más orden, más fraternidad. Y no es, pues, de reprimir todo clamor, sino discernirlo. Los clamores que no merecen ser escuchados sí reprímanse. Son las voces del crimen, de los asesinatos selectivos, de las infinitas cosas que se han quedado sin castigo. Esas sí, reprímanse donde quieran que se encuentren, aunque sea en el estado. Los abusos tienen que ser castigados.

Hay una fábula bíblica que distingue muy bien entre quien prefiere servir para que haya vida, aunque no tenga poder, y quien busca el poder para oprimir o depredar la vida de otros (corrupción del poder). La historieta la encontramos en el libro de los Jueces (9,6-15): "En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimalec, junto a la encina de Siquén. En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello: 'iOídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: Sé nuestro rey. Pero dijo el olivo: ¿y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron a la higuera: Ven a ser nuestro rey. Pero dijo la higuera: ¿y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron a la vid: Ven a ser nuestro rey. Pero dijo la vid: ¿y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron a la zarza: Ven a ser nuestro rey. Y les dijo la zarza: Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano". Los tres árboles o arbustos mencionados, son los más comunes y estimados en Palestina.

El aceite se usa para honrar a Dios en los sacrificios (Lv 6,14) y para honrar a los huéspedes (Sal. 23,5). La higuera es estimada por la dulzura de su fruto y el vino no sólo alegra el corazón del hombre, sino también se ofrecía en sacrificio a Dios (Lv. 23,13). La zarza es la más insignificante, la más inútil y la más molesta de todos los arbustos. Su invitación a cobijarse bajo su sombra es una fanfarronada ridícula. Pero cuando, en el colmo de la arrogancia, amenaza con que salga fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano, su amenaza es real: un fuego prendido en una mísera zarza puede provocar un incendio que abrase un bosque de cedros (el poder para destruir).

Ahora bien, asumiendo la lección de esta fábula: quien más ambiciona el poder no es el que más quiere servir, sino el que quiere imponer sus intereses particulares (partidistas) sobre los intereses generales y así no se construye la paz que tanto anhelamos en nuestro país.

Por: Padre Arturo Arrieta A.
Director Pastoral Social
Diócesis de Palmira

Comunicado Público

Convocados por un compromiso que surge desde la fe para trabajar a favor de los más vulnerables y respondiendo a la demanda bíblica de tratar al extranjero como uno nacido entre nosotros (Levítico 19,33-34); 60 líderes cristianos y de sectores interreligiosos representando a Concilios Evangélicos, Denominaciones, iglesias evangélicas, católicas, obispados, Mesas de Movilidad Humana Interreligiosas y organizaciones cristianas, convocados por la Campaña de acogida al migrante "Como nacido entre nosotros" y reunidos en Bogotá durante la I Reunión de trabajo de iglesias y organizaciones cristianas que trabajan a favor de las personas migrantes en la Región Andina, Chile, Brasil, Argentina y Venezuela expresan lo siguiente: 

Nuestra Solidaridad con los migrantes alrededor del mundo y América Latina. Especialmente con los millones de ciudadanos venezolanos que han tenido que salir de forma masiva buscando la protección nacional, internacional y humanitaria debido a la crisis política, económica y social que viven como nación.   Debido a ello, se ha generado una crisis de movilidad humana en Sudamérica, especialmente en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Brasil la cual debe ser atendida de forma integral y desde el estado, sociedad civil y las comunidades de fe. 

Reconocemos y valoramos los esfuerzos locales e internacionales de las comunidades cristianas y sectores interreligiosos   para atender la crisis humanitaria que viven miles de personas migrantes en la región. Sin embargo, reconocemos con humildad que estos esfuerzos son insuficientes en comparación a la magnitud de las necesidades de las personas migrantes y refugiadas.  

Rechazamos la politización de la problemática migratoria, así como los discursos y narrativas xenofóbicas y discriminatorias generados por entes estatales, sociedad civil, medios de comunicación e inclusive iglesia, que han denigrado la dignidad de los migrantes y refugiados.  

Destacamos las acciones que se han realizado desde los gobiernos de la región para que las personas migrantes accedan a nuestros países. Sin embargo, consideramos que no han sido suficientes y en ocasiones se han convertido en discriminatorias y restrictivas frente a la magnitud del flujo migratorio, lo que ha ocasionado mayor vulnerabilidad, especialmente de los niños, niñas, mujeres, adultos mayores y otros sectores vulnerables de la población   

Exigimos a los gobernantes de nuestros países, el respeto y cumplimiento de las normas internacionales que protegen a las personas migrantes y refugiadas y la implementación urgente de políticas públicas que permitan el acceso integral a sus derechos.  

Reafirmamos nuestra voluntad democrática de apoyar a los estados en la contribución a la salida de esta crisis, contribuyendo en la formulación e implementación de políticas públicas. 

Apelamos a los líderes de las comunidades cristianas y el sector interreligioso a actuar según los principios de hospitalidad, amor al prójimo y protección de los más vulnerables, superando nuestras diferencias y realizando esfuerzos articuladores que nos movilicen a atender, proteger, incidir e integrar a las personas migrantes y refugiadas. 

Bogotá, 5 de febrero de 2020 

Fuente: Loida Carriel | loida.carriel@tearfund.org


Tal vez hayan escuchado por estos días la invitación por parte de los gobiernos locales a la construcción de los planes de desarrollo, en el caso de Palmira he notado el esfuerzo de la administración a través de las secretarías animando a la ciudadanía para su construcción, Dios quiera muchas personas e instituciones acudan a este llamado y que bueno sería que los párrocos líderes de sus comunidades participen de estos espacios al igual que un gran número de sus feligreses; implantar el Reino de Cristo (que es un Reino de Justicia y Paz), en todas las estructuras y actividades propias del mundo secular, para recapitular todas las cosas en Cristo, es misión de los cristianos, vocación divina, que urge a todos los fieles, como deber principalísimo de su condición constitucional de miembros del Pueblo de Dios. Ya lo ha expresado el Papa Francisco:

"Involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos: No podemos”.

Debemos inmiscuirnos en la política porque la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común". Que no nos quedemos mirando solamente si ya está listo el burro para el domingo de ramos y no miremos las realidades que esclavizan al pueblo que al fin y al cabo por muchas de ellas murió Nuestro Señor: "El cristiano no debe tolerar que el enemigo de Dios, el pecado, reine en el mundo. El cristiano tiene que trabajar para que el pecado sea marginado y el reino de Dios se implante. Luchar por esto no es comunismo. Luchar por esto no es inmiscuirse en lo que no debe...es simplemente el Evangelio que le reclama al hombre, al cristiano de hoy, más compromiso con la historia" (Mons. Oscar Arnulfo Romero, Santo de nuestra Iglesia católica).

Como auténticos creyentes que encarnan el evangelio, el principio que debe direccionar nuestra participación es entender que el modelo de desarrollo que se desee impulsar es un modelo "desde el hombre"...hay que leer cuál es el modelo de desarrollo que se quiere impulsar: ¿por qué?, ¿para qué? y ¿para quién? Si en el fondo del Plan de Desarrollo subyace un modelo de desarrollo desde la perspectiva del crecimiento integral del hombre, entonces será una gran oportunidad para las comunidades involucradas. Si las respuestas son, por el contrario, para dar satisfacción a las meras necesidades del mercado o demanda de la industria y al crecimiento del capital, entonces se corre el riesgo de un desarrollismo que desconoce al hombre como tal o lo considera una pieza más para la consecución de objetivos empresariales, lo pone a un lado, lo desconoce y lo desarraiga. La gran pregunta será siempre: ¿ese modelo es para el desarrollo humano integral o va contra el hombre?

Por: Padre Arturo Arrieta | Foto: Archivo / Alexander Escobar

Por: Padre Arturo Arrieta
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