El 12 de febrero se conmemora el Día de la Mano Roja, una iniciativa mundial contra el uso de los niños y niñas como soldados. Sus orígenes se remontan a Alemania en 1997, donde surgió a manera de protesta ante el reclutamiento de niños y niñas en el conflicto armado de Ruanda. A raíz de ello, desde el 2002 entró en vigencia en el Protocolo Facultativo de la ONU condenando el uso de menores de 18 años en cualquier conflicto armado.
En Colombia, el Congreso de la República por medio de la Ley 833 aprobó el protocolo y se comprometió a adoptar estas medidas para evitar que las personas menores de 18 años participen en el conflicto armado.
A pesar de esto, ejércitos oficiales e ilegales actualmente reclutan niños y niñas en sus filas, obligándolos a realizar tareas pesadas y peligrosas y vulnerando sus derechos fundamentales como vivienda, salud, educación, recreación, etc., ocasionando en ellos y ellas traumas trascendentales en sus vidas.
Sus condiciones de vida están permanentemente permeadas por la violencia, la esclavitud y en el caso de las niñas el abuso sexual -se estima que la tercera parte de los menores de edad vinculados a conflictos armados son niñas obligadas a ser compañeras sexuales de los comandantes-.
Esta iniciativa convoca a adultos, niños, niñas y jóvenes de todo el mundo a plasmar manos rojas con el propósito de manifestar su rechazo al reclutamiento y uso de niños en las guerras y conflictos armados.
Director Pastoral Social
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