“Herramientas
para la reconciliación” es el nombre del proceso formativo que el Servicio
Jesuita a Refugiados (JRS) adelantó en la ciudad de Palmira desde el mes de
agosto y culminó en septiembre.
En
total fueron cuatro talleres teórico-prácticos enfocados al tema de la
reconciliación. El proceso se llevó a cabo con apoyo del Secretariado de
Pastoral Social de la Diócesis de Palmira, y dejó un balance positivo
alcanzando cerca de 50 personas que se apropiaron de las herramientas y
experiencias del JRS.
Para
conocer más de cerca y los alcances de este proceso, la Pastoral Social dialogó
con el Padre Mauricio García Durán, director del Servicio Jesuita a Refugiados
en Colombia.
Pastoral
Social (PS): Padre mauricio, ¿en qué consistieron los talleres?
Padre
Mauricio García (PMG): Los talleres básicamente fueron la
presentación y explicación de las herramientas para la reconciliación que
produjo el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS). Estas herramientas, 23 en
total, publicadas en 6 folletos, buscan una aproximación integral a la reconciliación,
y eso hace que se trabaje no solamente un aspecto de reconciliación personal y
reconciliación con Dios, sino también de reconciliación con los demás, a nivel
interpersonal, sociopolítico, y reconciliación con la Creación.
Por
tanto, los talleres fueron una aproximación, comprensión y apropiación de parte
de los participantes de los contenidos.
Los
talleres buscaron que las personas pudieran apropiarse tanto de la comprensión
conceptual que hay de la reconciliación en las herramientas, pero también de
todos los ejercicios prácticos y de los instrumentos pedagógicos que cada una
de las herramientas tiene. Y esa fue la experiencia que se vivió durante los
días de los talleres.
PS: ¿Cuál
es la importancia de estos talleres para trabajar con la sociedad?
PMG: Colombia
es un país que sigue, o está tratando de salir de un conflicto armado de más de
60 años, que ha dejado múltiples, muchísimas heridas, y que hay necesidad de
avanzar en crear condiciones para la convivencia y la reconciliación.
Y sanar
las heridas, permitir que la gente pueda volver a vivir y tener una convivencia
sana, sin tener que matarse, es lo que está en juego. Y esa es la importancia de
trabajar con la sociedad.
Necesitamos
reconciliarnos. Colombia no ha llegado a ese nivel y todavía tenemos la tarea
de construir un horizonte de paz y de convivencia armoniosa entre los
colombianos y colombianas. Y yo creo que esa es la apuesta que tenemos que
hacer.
A
Colombia le esperan por lo menos 20 años de trabajo por la reconciliación, para
aclimatarla, para hacer frente a todas las polarizaciones y dificultades que
todavía existen en la sociedad.
PS: Háblenos
del balance de la experiencia de estos talleres en Palmira
PMG: Yo
creo que es un balance sumamente positivo, lo digo tanto del horizonte de los
participantes, como puede verse en los valiosos comentarios que hicieron sobre
la experiencia de los talleres, donde realmente se valoraba de, una manera muy
grande, lo que había aportado los talleres y su importancia, como de parte del
Servicio Jesuita a Refugiados donde nos gustó mucho la amplia participación, y
el compromiso de los participantes en el proceso que seguimos.
Igualmente,
el respaldo del señor Obispo Edgar de Jesús García Gil, y el respaldo
indiscutible de la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira. Creo que ese es
un balance sumamente positivo, dado la experiencia que se vivió.
PS: ¿Qué
mensaje enviaría a la sociedad colombiana para que avance hacia la reconciliación?
PMG: El
mensaje es necesitamos mirar la situación de una manera distinta, hay un reto
muy grande por sanar las heridas que hemos vivido en la sociedad colombiana, y
por permitir que pueda haber una convivencia armoniosa, una convivencia cargada
de sentido en el horizonte de la sociedad colombiana. Y yo creo que esa es la
apuesta: debemos abrirnos a la reconciliación, debemos abrirnos al perdón, debemos
abrirnos a construir la paz sostenible, es la única manera de que
verdaderamente podamos salir adelante. Yo creo que es lo que nos espera y a lo
que deberíamos poderle apostar.
Publicar un comentario