Pronunciamiento de La Pastoral Social, Diócesis de Palmira, SEPAS-DIPAL
Hemos estado viviendo un escenario de agudización de acciones violentas contra líderes sociales. En lo que va corrido del año 2018, se habla de más de 100 líderes asesinados y en los últimos días se han contado 15 personas asesinadas, por manos criminales en nombre de la llamada “limpieza social”. Una especie de dinámica de control territorial, efectuada por grupos al margen de la ley, que están ocasionando zozobra y malestar a las víctimas constantes del conflicto social y armado colombiano. Las cifras aumentan, el dolor persiste y las problemáticas sociales permanecen.El pasado primero de julio, circuló por el Norte del Cauca y el sur del Valle un nuevo panfleto firmado por las Águilas Negras, en el que amenazan de muerte a las autoridades indígenas, líderes y organizaciones campesinas de los municipios de Florida, Pradera, Miranda y Corinto, el cual contenía un mensaje de odio y de irrespeto. Tales acciones, como respuesta a las diferencias políticas y sociales, no deben ser escenarios permanentes para estos actos de violencia indiscriminada.
El acuerdo de Paz firmado entre Las FARC y el Gobierno Nacional, no se puede quedar solo en el papel. Las negociaciones de Paz con el ELN no se deben detener. El clamor del pueblo colombiano por construir un País en Paz y con justicia social y ambiental, no se puede frenar.
La construcción de paz con enfoque territorial, los ejercicios de gobernanza, el control social y demás acciones que le han permitido a las organizaciones planificar y defender su territorio, son obligaciones que El Estado debe cumplir, con el fin de proteger a las comunidades en el ejercicio propio de la participación ciudadana. El retorno a la violencia, al abandono estatal, al incumplimiento de lo acordado, son escenarios que un Estado social y de derecho, no debe permitir avanzar.
La iglesia no puede ser ajena a esta situación, como agente garante y mediador, debe estar alerta y en terreno. Las parroquias en cada uno de los Municipios afectados, deben realizar y mantener un acompañamiento constante, por la defensa de la vida misma. Urgen las acciones para realizar ejercicios de verificación y acompañamiento en los territorios. Estamos llamados a transmitir y a testimoniar aquellos valores espirituales y morales que están fundados en la misma naturaleza del ser humano y de la sociedad. No queremos que cualquier tipo de violencia restrinja y anule, ni una vida más.
La esperanza por un mejor país, no puede ser derrotada por los violentos. La tarea de seguir promoviendo en las zonas una iglesia en salida, que asuma y promueva la cultura de Paz y los retos que se van generando como agentes de transformación social, con alma misionera y al servicio comunitario, debe ser la bandera que enarbolemos en estos tiempos difíciles de transición hacia la Paz con justicia social y ambiental.
Invitamos a todas las parroquias a realizar acciones de acompañamiento a las comunidades vulnerables, a los líderes amenazados, y al Pueblo en general que clama Paz con Justicia Social.
Igualmente, invitamos a todos y a todas, para unirnos a la velatón que se está convocando en todo el país, a realizarse el seis de julio del presente año. Una jornada de acompañamiento simbólico, dedicada a nuestros líderes sociales, campesinos e indígenas asesinados, para que la Paz no nos cueste la vida. En la ciudad de Palmira, dicho evento se efectuará en el Parque de la Factoría y se espera el acompañamiento de cada municipio.
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